Conejo enterrado
Juan Barbacil
En los viajes que tuve la ocasión de hacer junto a don Antonio Beltrán, el polígrafo aragonés fundador y primer presidente de la Academia Aragonesa de Gastronomía, así como en las muchas reuniones en las que todos escuchábamos con gran respeto sus explicaciones de hombre sabio, en más de una ocasión explicaba la receta del “conejo enterrado” y decía que: “
En los Monegros, en esta comarca se ha recogido una receta que podría ser prehistórica, que es el “conejo enterrado», con el animal frotado con manteca y ajo, envuelto en papel de estraza y depositado en el suelo, en un hoyo, bajo un palmo de tierra, sobre el que se hace fuego para que se ase lentamente”, y contaba con todo lujo de detalles como su abuela, de la presumía abundantemente, hacía la preparación en su casa.
En cierta ocasión, explicándonos uno de sus viajes por el medio oriente, y con ese asombro y expresión de curiosidad que solo los más eruditos son capaces de mostrar, nos dijo que por allí también había encontrado una receta de conejo enterrado. Hasta el punto que escribió un trabajo interesante que bajo el nombre “De conejos de todos los tiempos y de sus guisos y de otras costumbres y dichos”, se publicaba en el año 1994 en los Cuadernos de Gastronomía en los números 9 y 10.
La Institución Fernando el Católico, en su revista “Caesaraugusta” en el número 79 y que dedicó a quien fuera su mejor miembro, da cuenta de esta y de otras noticias muy bien relatadas por Guillermo Fatás, Francisco Marco y otros que tuvieron la suerte de trabajar con don Antonio.
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