Vino de pago
El sector vitivinícola español es muy complejo y diverso, habiendo registrado durante los últimos años un fuerte proceso de modernización y capitalización a todos sus niveles. Tenemos en nuestro país unas 4.100 empresas dedicadas a la producción y comercialización de vino (bodegas) que generan 22.800 puestos de trabajo directos y una cifra de negocio cercana a los 6.000 millones de euros. Si hacemos un cálculo de 4 marcas por cada bodega, y hay más, la cifra de marcas a las que se enfrenta el consumidor es abrumadora.
Según los expertos del sector, la tendencia a la baja que en las últimas décadas ha seguido el consumo per cápita de vino, seguirá manteniéndose hasta el 2015, año en el que el consumo pudiera estar en los 12.56 litros por habitante y año. Así las cosas convendría mantener la necesidad de redoblar los esfuerzos realizados: la promoción del consumo del vino entre los más jóvenes, la innovación de canales y productos de cara a no seguir perdiendo cuota de mercado ; la puesta en valor de los beneficios que su consumo tiene sobre la salud, o los que su propio sistema productivo tiene en el desarrollo local o el mantenimiento del medio (paisaje, tradición, cultura, etc.)
“Vino de Pago” es la mayor calificación que en la actualidad otorga la legislación española al vino. Y se refiere a los procedentes de un territorio específico y que se diferencian de otros vinos de su entorno por el cultivo del viñedo, por sus características edáficas y de microclima específicas y su calidad singular y más alta.
Hoy, bodegas Aylés lo tiene ya en la calle, es una realidad, ya está en el mercado y le deseamos todo lo mejor.
Categoría: La opinión de Juan Barbacil