Aguardiente de orujo gallego
Durante tiempo había que explicar a los clientes qué era el orujo pues se pedía aguardiente sin más como sinónimo del gallego. Fueron los años ochenta los que lanzaron al consumo esta agua de fuego tan estimulante que los más viajeros habían probado en sus visitas a Galicia
Recuerdo una anécdota sobre un excelente elaborador de orujo gallego, de Orense, para más señas que suministraba al negocio de mi familia un buen aguardiente, un estupendo licor de hierbas y también, aunque este llegó más tarde, un rico licor de café; es decir los tres productos que siguen siendo hoy en día la marca de la casa en lo que a licores se refiere cuando en Galicia quieres beber algo propio, de la zona y que, desde luego, te lo ofrecen en cuantos restaurantes vas a comer o cenar.
Pues bien el citado fabricante, no diré su nombre pues mantiene un próspero negocio, cuando mi padre le dijo que al abrir las cajas que contenían doce botellas de litro de aguardiente observaba que no todas llevaban el precinto de impuesto de alcoholes, que entonces era de 16 pesetas cada uno de ellos, preceptivo y obligatorio, la respuesta del de Orense fue: “Ha pensado en gastar aguardiente a granel?” a lo que mi padre respondió que por estas tierras estaba prohibido – hubo un tiempo que era legal -; y por su parte el gallego respondió: “Aquí también, pero siempre hay un acuerdo con la policía”. MI padre siguió comprando y vendiendo aquel aguardiente y unas veces llegaban todas las precintas y otras no.
La normativa de la Unión Europea define el aguardiente de orujo, como la bebida espirituosa obtenida a partir de orujos de uva fermentados y destilados, bien directamente por vapor de agua, bien previa adición de agua, a los que han podido añadirse lías en una proporción que se determinará, siendo efectuada la destilación en presencia de los propios orujos a menos de 86% volumen, con un contenido en sustancias volátiles igual o superior a 140 g/Hl. de alcohol a 100% volumen y con un contenido máximo de alcohol metílico de 1000 g/Hl. de alcohol a 100% volumen.
El orujo de Galicia es un aguardiente obtenido por destilación de orujos de uva, es decir las partes sólidas de la vendimia que no tienen aprovechamiento en la previa elaboración del vino, perteneciendo al mismo tipo de bebida que los marc franceses, las grappas italianas, las bagaçeiras portuguesas o los tsiroupos griegos.
España tiene una amplia tradición en la elaboración de aguardiente de orujo, era la “bebida de los pobres” por excelencia. En todos los pueblos de nuestra geografía se practicaba la elaboración de esta bebida, hasta que a finales del siglo XIX, esta práctica fue declarada ilegal, se decía que contenía unos elementos altamente tóxicos, capaz de producir la muerte. Sin embargo, por los pobladores de Galicia se alegó su consumo desde tiempos inmemoriales, no solo como bebida, sino como remedio para diversas enfermedades.
Sólo más tarde y por la influencia de un político gallego, se consiguió que la destilación del aguardiente de orujo se declarara legal en algunas zonas de Galicia, poniéndole infinitos obstáculos. Desde 1911 y hasta 1927, pasaron por diferentes procesos legales hasta que el reglamento 1576/89 de la Unión Europea reconoce la tradición de Galicia en la destilación de aguardientes de orujo y en su anexo II autoriza el nombre de Orujo Gallego para estos destilados, siendo la única región española que goza de tal privilegio.
Afortunadamente hoy el aguardiente de orujo gallego es ya un clásico ineludible entre los licores de los restaurantes, tiendas, supermercados y bares de todo tipo pudiendo disfrutar así de un buen trago frio, helado y digestivo que hace las delicias de los aficionados a este tipo de bebidas.
Categoría: Bebidas