Febrerillo el loco 1.700
La semana que viene entraremos en febrero y con él, unos días de gran arraigo en las tradiciones gastronómicas. Adelantándonos a ellas veamos lo que Don Antonio Beltrán contaba con el mismo título que hoy le robo en uno de sus muchos artículos en Heraldo, el siete de febrero del año 2005 en el que daba un repaso al curioso mes de febrero y que completaba con otro artículo el 14 de febrero siguiente en el que abarcaba su contenido hasta la festividad San Valentín.
Comienza el día 2 de febrero con la Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria o Fiesta en Honor a la Virgen de la Candelera, celebrada por los cristianos en su honor y que es la advocación mariana aparecida en Tenerife a principios del siglo XV.
Y hablaba Don Antonio de que la poca seriedad meteorológica de este mes que garantiza un cambio del tiempo ya que en estos días cerramos el ciclo de la Navidad y Pascua o se atribuye a la Candelera el final de los fríos invernales. Y asegura que después de San Valero, normalmente ventolero, llegan las lluvias a comienzo del mes de febrero. Y con ellas las tradiciones como la matanza que estos días nos acompaña, las celebraciones religiosas de la Purificación de Nuestra Señora, San Blas con sus rosquillas o Santa Águeda con ritos de profunda significación. Comentaba también las pastas para la garganta de San Blas, y las ya tradicionales teticas de Santa Águeda o Ágata, aquellas que se cercenaron en el martirio. Son momentos de fuego en el que se asan chullas, longanizas y chorizos de la matanza. Y llegará después el Carnaval y hasta San Valentín pero eso será otra historia para comentarla no tan bien, sin duda, de cómo lo hacía el maestro Beltrán. Sirvan estas líneas como homenaje hacia él.
Categoría: La opinión de Juan Barbacil