Pasión vinícola compartida
Dos prestigiosos gigantes del vino unieron sus fuerzas para crear Opus Wine, uno de los vinos más reputados del mundo y mejor clasificados por los catadores más prestigiosos
Recuerdo la primera vez que probé el Opus Wine. Fue en Barcelona, en el hotel Juan Carlos I, para entonces propiedad de una compañía árabe. Fue el propio Robert Mondavi (18 de junio de 1913, 16 de mayo de 2008), quien dirigió la cata en un salón decorado expresamente para la ocasión en tonos blancos y azules, amplio, cómodo y en el que se percibía una atmósfera de auténtica premier. Allí estábamos los que en aquel momento teníamos algo que contar sobre el vino en España. No éramos muchos; hoy, afortunadamente, son legión. Corría el año 1985.
Se hizo una cata muy curiosa, comparando el Opus Wine californiano con los más prestigiosos burdeos, riojas y otros territorios consagrados del mundo vinícola. Para entonces en España la cultura vitivinícola no era muy grande en los ámbitos periodísticos y las catas todavía se veían como algo exótico y, si me apuran, esnob. Pero sí que habíamos aprendido que los vinos habían de probarse del más joven al más viejo. Bien, pues el bueno de Robert Mondavi, que para entonces ya tenía sus 72 años y que prefería que lo llamásemos Bob, quiso hacer la cata al revés, comenzando por los más antiguos para terminar con los más jóvenes. La cosa quedó de lo más interesante y…, aleccionadora. Hace poco Marisol Bueno, de Pazo de Señorans en Rias Baixas, me comentó en su preciosa bodega, que ella hacía lo mismo.
El vino gustó muchísimo y si mal no recuerdo, la botella ya costaba por aquel entonces más de 50 dólares, algo que situaba el Opus Wine como el primer vino ultrapremium de los elaborados en California.
Los fundadores de esta empresa conjunta (join venture) fueron nada menos que el Barón Philippe de Rotschild y Robert Mondavi. El primero y su familia son quizá la más prestigiosa de las firmas vinícolas en Europa. Y, entre los grandes nuevos pioneros mundiales de vino, Robert Mondavi es un icono internacional.
Rothschild y Mondavi hicieron la primera vendimia juntos en California en 1979 y al año siguiente, los socios anunciaron oficialmente su joint venture. En 1982 Robert Mondavi y el barón Philippe de Rothschild comenzaron el diseño de la etiqueta. Los socios acordaron elegir un nombre de origen latino de la empresa conjunta, lo que permite un fácil reconocimiento en Inglés y Francés. Baron Philippe anunció su elección, “Opus”, una expresión musical que denota la primera obra maestra del compositor. Dos días más tarde, propuso una palabra adicional: “Opus One”. La famosa etiqueta recoge los dos perfiles juntos de los dos propietarios, Mondavi y Rotschild y entonces se habló mucho del precio pagado al diseñador, una cantidad astronómica. Nunca, nadie más, ha vuelto a usar esta iconografía. Ya saben, crear es no copiar.
Dicen en Opus Wine, no se pierdan la bodega si van por el Napa Valley, que “el tiempo se expresa en Opus One por el carácter de la añada: a veces con una personalidad muy definida, con un matiz de diferencia muy sutil de otras añadas. A través del buen hacer de los cultivadores y las manos de los trabajadores de la viña captamos el tiempo y la esencia de la temporada“. Esto se sigue llamando terroir. Mondavi nos dejó con 95 años y el Baron Rotshcild con 85. Seguro que se trata de la magia del vino.
Marca: Opus Wine. By Robert Mondavi y Baron Philippe de Rotschild Tipo de vino: Tinto Lugar de elaboración: Napa Valley, California Características: Variedades Cabernet Sauvignon 81%, Cabernet Franc 9%, Petit Verdot 6%, Merlot3%, Malbec 1% Crianza: en barrica de roble francés durante 17 meses Temperatura de servicio: 13 o 14 grados centígrados Temperatura de consumo: 16 grados centígrados |
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El champan más exclusivo
Su presencia en una mesa, en una champanera de habitación de hotel o en un cóctel, siempre es sinónimo de elegancia, exquisitez y alto estatus social. Louis Roederer Cristal, el champán de los zares, es uno de los más caros del mundo
Por alguna razón que nunca he sabido pero que evidentemente fue un tanto desproporcionada, en el Dominical del Grupo Zeta, el llamado colorín de los fines de semana, en diciembre de 1995, se publicó un reportaje que recogía los vinos preferidos de Joan Manuel Serrat, Jordi Estadella, Santi Santamaría y yo mismo, por eso lo de desproporcionado, por mi presencia, claro está. El caso es que cada uno en la entrevista y posterior foto que nos hicieron en la redacción de Barcelona, había un vino en el que los cuatro coincidíamos. Éste era el champán Louis Roederer.
Fundada en 1776 y propiedad de la misma familia desde 1819, Louis Roederer es una de las últimas grandes maisons de Champagne que todavía en la actualidad es independiente. Curiosamente la funda la familia Dobois (actual marca de un vino espumoso español muy sencillo) y que luego venden a Nicolas Schreider quien se asocia con su sobrino Louis Roederer en 1827 y seis años más tarde es el propio Roederer quien se queda con la propiedad completa y pone su nombre a la casa. Hacia 1868 la bodega ya vende más de dos millones y medio de botellas en Estados Unidos y en Europa, pero sobre todo en Rusia, con aproximadamente 700.000 botellas.
Es en 1876 cuando a petición del Zar Alejandro II, nace el producto más emblemático de Louis Roederer, la cuvée Cristal. Según cuentan el Zar quería una botella transparente para poder ver su interior con el fin de que nadie introdujera veneno en su interior, y con la base plana para que no se pudiera ocultar en el fondo de la botella ninguna bomba o artefacto explosivo. Durante la revolución de 1917 se pierde el mercado ruso y en 1932 fallece León Olry – Roederer.
Recuerdo que hacia mediados de los años noventa disfruté de un viaje increíble a las cavas Roederer. Mi amigo Pepe Puyuelo y yo nos subíamos al avión privado de Roederer en una pista exclusiva que hay en el aeropuerto del Prat de Barcelona. Solo éramos tres personas pues otro colega periodista de Huesca que tenía que venir, finalmente no llegó. A bordo bebimos Roederer y tomamos algunos exquisitos aperitivos. Llegamos a Reims, vimos las instalaciones impresionantes de la maison, estuvimos atendidos por un personal muy atento y almorzamos en el comedor de invitados, uno de los más elegantes en los que yo he estado. Al final de la comida nos sacaron una media botella de una viejísima añada de Roederer. Estaba formidable, buenísimo. Del comedor pasamos a la estancia contigua donde fumamos un buen habano, tomamos un excelente café colombiano y un cognac francés del que no recuerdo la marca, supongo que sería Remy Martin, Martell o Hennesy reserva.
Subimos al avión que puso rumbo a Barcelona y recuerdo perfectamente que cené en mi casa con mi esposa a una hora muy prudente. Sencillamente espectacular. Cómo no iba a ser uno de mis vinos preferidos.
Roederer cuenta con 214 hectáreas de viñedo que se reparten en las tres zonas vinícolas más importantes de producción de la región de Champagne: Montaña de Reims, Valle del Marne y Côte de Blancs. No cubren sus necesidades de uva de manera que firman convenios con viticultores (vignerons) de la zona para adquirir sus producciones.
Una de las características principales de esta espléndida bodega son sus más de 150 grandes toneles de roble que pudimos ver durante la visita en los que se almacenan unos vinos de reserva que garantizan las famosas cuvées. Louis Roederer Cristal pasa por ser uno de los champanes más caros y exclusivos del mundo.
Marca: Louis Roederer Cristal Tipo de vino: Espumoso Lugar de elaboración: Región de Champaña en Francia Características: Variedades: Pinot Noir, Chardonnay, Pinot Meunier Graduación alcohólica: 12 grados Temperatura de consumo: 8 grados centígrados. Temperatura de servicio: 6 grados centígrados. |
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Del terroir a la sala de subastas
Es el vino más caro del mundo. Con 6.000 botellas producidas al año y unos precios por encima de los 5.000 euros por unidad como mínimo, el Dominio de La Romanée Conti es todo un microcosmos en sí mismo
Cuando se le pide a Aubert de Villaine, uno de los propietarios y gerente del Dominio, que describa este vino de algún modo, él lo hace evocando una cita sencilla, pronunciada por un escritor inglés de quien ya no recuerda el nombre: “¿Que es un buen vino?”, se pregunta mientras extiende su copa al aire. La respuesta es “Es un buen vino“, repite y se aleja ofreciendo una sonrisa dulcemente irónica.
De este pago de 18 hectáreas situado en el corazón de Borgoña (Francia) siempre se esperan milagros y su prestigio sigue alimentando la leyenda. Su origen se remonta al antiguo cloux (clos) que el monasterio benedictino de Saint Vivant de Vergy poseía en Vosne (Vosne-Romanée es una población y comuna francesa, en la región de Borgoña, departamento de Côte-d’Or, en el distrito de Beaune y cantón de Nuits-Saint-Georges), cuyos límites están perfectamente definidos desde 1512. La historia vitivinícola de este clos arranca en el año 1585 con Claude Cosin y tras varios cambios de propiedad terminó en manos de Philippe de Croonenbourg de origen flamenco que a mediados del siglo XVIII le impuso el nombre de La Romanée. Los Croonenbourg reinaron durante cuatro generaciones en el Dominio hasta 1760, año en que la venden a Louis François de Borbon, príncipe de Conti; para entonces el precio del vino ya era muy alto.
El príncipe de Conti vivió retirado en este viñedo, que para él era más valioso que las intrigas de Versalles. Se cuenta la anécdota que dice: “El príncipe está en su terreno y no necesita batallas ni peleas con Madame de Pompadour en los pasillos de la corte de Versalles para conseguir el corazón de La Romanée“.
La vida del Dominio siguió pasando de mano en mano, incluida una compañía japonesa de infausto recuerdo para los aficionados a los grandes vinos. Finalmente y ya con la actual propiedad, este vino mítico sigue incrementando su prestigio. Dice Aubert, de 73 años, en una reciente entrevista (Revista Sobremesa) y observando el paisaje de sus 25 hectáreas de vides y como si allí se escondiera un secreto, un alma, que “la cepa pinot noir le da al vino un carácter especial“. “Este vino tiene una esencia, lleva consigo mucho más que el hecho de ser un vino. Y eso, ese plus, es difícil de describir. Se trata de una dimensión cultural a la cual se es o no se es sensible. Estamos en presencia de una filosofía completamente aparte. Nos encontramos ante lo que se llama cultura del terroir“.
Las seis mil botellas por año de Romanée-Conti, son reservadas con muchísima antelación, todas ellas van firmadas y se les sigue la pista hasta su consumo. En el mercado especulativo alcanzan sumas exorbitantes. En octubre de 2012 en la casa de subastas Sotheby’s de Hong Kong, una caja de Romanée-Conti de 1990 fue vendida en 297.400 dólares. Y un coleccionista privado pagó por una botella de 1945 el precio de 123.919 dólares. Aubert de Villaine no es un enemigo acérrimo de las subastas, por el contrario, explica: “no estoy en contra de las ventas al mejor postor pero lo que no queremos es que alguien compre una botella y un mes después esta se encuentre nuevamente en el mercado para ganar dinero“.
Marca: Domaine de La Romanée Conti. Tipo de vino: Tinto Lugar de elaboración: Côte d’or, región de Borgoña. A tres horas de París. Características: Elaborado con 95 % de pinot noir y 5% de cabernet franc. Sedoso, aterciopelado, complejo, sabroso, inigualable. Temperatura de servicio: 13 o 14 grados centígrados. Otros vinos de la propiedad: en el conjunto de La Domaine de 18 hectáreas se elaboran os siguientes vinos: La Tâche, Richebourg, Romanée Saint Vivant, Grand Échezeaux, y dos grandes crus blancos Montrachet y Bâtard – Montrachet. |
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El Rías Baixas Albariño Esencia Diviña, primer premio en el 25 aniversario de la Cata Concurso Fiesta del Albariño
Una edición más la Fiesta del Albariño muestra su consolidación con una participación entorno a las 200.000 personas. Las casetas del Paseo de Calzada se llenaron de público durante la entrega de premios a los mejores Rías Baixas Albariño, galardón que en esta edición recayó en la Esencia Diviña de Adegas Gran Vinum. Después de catar 54 marcas de Rías Baixas en dos días, los profesionales que integraron el panel de cata de la XXV Cata Concurso Rías Baixas Albariño decidieron que los premios de esta edición recayesen la medalla de oro en la marca Esencia Diviña, de Adegas Gran Vinum; la medalla de plata en el Rías Baixas Albariño de Valtea, de Bodegas Vilarvín y; la medalla de bronce en Paco y Lola, de Cooperativa Vitivinícola Arousana.
Tras la entrega de los galardones a los premiados durante la comida de confraternidad de la LXI edición de la Fiesta del Albariño en Cambados; los periodistas, enólogos y sumilleres, que integraron el panel de cata del concurso durante esta edición, coincidieron en señalar el “son vinos correctos”, y destacaron que “la cata prima sirvió para seleccionar los mejores vinos y en la cata derradeira ya se eligieron los mejores”.
Por su parte, la tercera edición del Túnel del Vino, celebrado entre el 1 y 4 de agosto en la antigua Fábrica de Conservas Peña de Cambados, acogió a 300 personas, cifra similar a la del pasado año. Los visitantes, que admitieron ser entusiastas del vino, alabaron esta iniciativa en la que tuvieron cabida 114 marcas de la D.O. Rías Baixas, pertenecientes a 60 bodegas que estuvieron asesoradas en todo momento por un sumiller de AGASU.
La organización estima que durante esta edición de la Fiesta do Albariño pasaron entorno 200.000 personas por el Paseo de la Calzada para degustar los vinos de la añada 2012, calificada como Muy Buena y que las casetas vendieron cerca de 90.000 botellas de Rías Baixas.
25 aniversario
En sus bodas de plata la Cata Concurso Rías Baixas Albariño se ha convertido en un referente para los vinos de Rías Baixas. 23 expertos, pertenecientes al panel de cata externo e interno del Consejo Tegulador, fueron los encargados de valorar la añada 2012. Este jurado catador puntuó siguiendo los criterios de la Organización Internacional del Vino (OIV). Entre los catadores externos, desplazados para la ocasión, se encontraban Cristino Álvarez, del Confidencial; Cristina Alcalá, de Mi Vino/Vinum; Pepe Barrena, periodista, crítico gastronómico y premio nacional de gastronomía; Juan Barbacil, colaborador de Heraldo de Aragón, COPE Radio y RNE; Julián Palacios, ingeniero agrónomo y catador que trabaja en protocolos de clasificación de calidad en viñedos; Jesús Flores, de Aula del Vino; Santiago Jordi, presidente de la Federación Española de Enólogos; Ana María Rodríguez, del departamento de vinos del ICEX y catadora oficial en el concurso de Bruselas; y Tyales Veiga, sumiller de AGASU y bicampeón gallego de sumilleres, entre otros.
Visita: doriasbaixas.com
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Cerveza y salud
Ya hemos hablado de este centro en alguna otra ocasión pero nos sigue pareciendo muy interesante en sí mismo así como las acciones e investigaciones que llevan a cabo. El Centro de Información Cerveza y Salud (CICS) es una entidad de carácter científico, que promueve la investigación sobre las propiedades nutricionales del consumo moderado de cerveza y su relación con la salud, en colaboración con diferentes universidades y centros de investigación.
Al mismo tiempo, difunde los conocimientos adquiridos a profesionales del ámbito sanitario, a distintas administraciones públicas y a consumidores.
Desde su fundación en 1998, el CICS ha querido dar respuesta a la demanda informativa existente en torno a la cerveza proporcionando información objetiva, contrastada y novedosa sobre los efectos de su consumo moderado en la salud. Para ello, participa en los principales puntos de encuentro de la comunidad científica, en foros y congresos del ámbito de la nutrición y del ámbito médico, y organizando conferencias con distintas instituciones.
Resulta ilustrativo conocer uno de los que han llevado a cabo como es el “La hidratación en los mayores. La cerveza como bebida hidratante” realizado por el presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA). Una de las principales conclusiones es que para considerar a la cerveza como una bebida que pueda contribuir a la hidratación, es necesario tener en cuenta una serie de factores: Su consumo tiene que ser moderado (2 – 3 cañas para los varones, 1 – 2 para las mujeres como máximo al día). Debe consumirse acompañada de alimentos. Se trata de una bebida para adultos sanos que no realicen actividades de riesgo. Consumida de esta manera, la cerveza puede contribuir a la hidratación dado que su composición es, sobre todo, agua (más del 90%) y maltodextrinas que contribuyen a facilitar la absorción del agua en el tubo digestivo.
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