Alimentos seguros
La Fundación Foro Agrario y la Asociación España – FAO (AEFAO) han publicado las conclusiones de la jornada realizada en el Aula Magna de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid. Entre ellas cabe destacar que ya no se habla sólo de aumentar la producción de alimentos para erradicar el hambre, sino también de su valor nutritivo y sanitario. La FAO recomienda investigar sobre la producción de alimentos ricos en nutrientes, como son las legumbres, verduras, frutas, leche, carne, huevos, etc. Igualmente manifiestan que el consumidor tiene el derecho de aprovechar los avances científicos basados en el conocimiento de los alimentos y su aplicación a la salud, exigiendo una información completa y veraz. Más cercano al ámbito de la difusión dicen que todos los agentes de la Cadena Alimentaria deben implicarse en la información y formación a los Consumidores. Dicha información debe estar desprovista de connotaciones comerciales o publicitarias.
Llama la atención su posición sobre los alimentos ecológicos. Dicen las conclusiones que la información facilitada por el productor debe ser completa y sencilla, para que el consumidor pueda elegir una dieta equilibrada y saludable, ajustada a sus hábitos y necesidades; los alimentos funcionales podrán ayudarle a conseguirla, gracias a sus propiedades nutricionales. Y en ese sentido apuntan que no hay ninguna evidencia objetiva que demuestre que los productos ecológicos son mejores a nivel de calidad nutricional, efecto para la salud o impacto sobre la biodiversidad. Y siguen “si aplicamos criterios de seguridad alimentaria, trazabilidad o productividad, el balance es contrario a los alimentos ecológicos. Su consumo solo se justifica por la elección personal del consumidor”. Así manifiestan que los alimentos constituidos por organismos modificados genéticamente (transgénicos), o que los contienen, aprobados tras una exhaustiva evaluación a la que se somete el proceso de autorización son, al menos, tan seguros como los equivalentes convencionales.
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Adelscott, un toque de sofisticación: cerveza con whisky
EL MUNDO DE LA CERVEZA
La cerveza Adelscott, ahumada y con un toque de whisky, forma parte de las innovadoras cervezas francesas que nacieron a comienzos de la década de los ochenta que abrió el camino a un nuevo estilo absolutamente pionero en aquellos años.
Corrían los años ochenta y en la desaparecida Sala Muriel, en la calle Jiménez Soler número 7 (hoy hay una tienda china) junto a la Universidad de Zaragoza, hicimos una exposición que llamamos “¡Cervezas del mundo, unidas!” Solamente el entusiasmo de Alfonso Sánchez Hormigo, hoy director de la Cátedra Ernest Lluch y su esposa Paisa (tristemente fallecida en plena flor de la vida), conjuntamente con la colaboración inestimable de Pepito, actual propietario de la librería Antígona, hicieron posible llevar a cabo esta surrealista muestra cervecera que llamó la atención de miles de zaragozanos que por primera vez veían cervezas nunca antes probadas. De trigo, negras, chinas y japonesas y hasta belgas mezcladas con frambuesas o cerezas. Han pasado los años y la pujanza de entonces no se ha superado en lo que a mostrar cervezas distintas y con tanta gama se refiere. No cualquier tiempo pasado fue mejor, pero en lo que a cervezas la innovación de aquellos momentos fue arrolladora.
Una de las cervezas que conseguimos en Francia fue la Adelscott, mezclada con whisky y totalmente pionera.
Una cerveza que entra dentro de la categoría de especiales y que es realmente especial, tanto que es difícil encontrar acuerdo sobre su gusto entre los entendidos. Es una cerveza ahumada y fabricada con malta de whisky entre otros muchos ingredientes.
Poca espuma, blanco-crema, muy esponjosa de burbuja inmensa y que se disipa casi al momento. Cuerpo ligero de color miel mate, transparente y con mucha burbuja. Poco aroma, con notas intensas de humo y alguna de malta. El final puede resultar algo corto y demasiado ahumado, lo que llama a beber algo fresco para equilibrar el postgusto en boca y sus 5,8% de alcohol. Se sirve en jarra de cerveza o vaso ancho como los típicos de whisky.
Está aromatizada con este licor y la fabrica la cervecería francesa Fischer, que se fundó en 1821 en Estrasburgo. Se trata de una lager con los ya citados 5,8º y tiene un sabor muy peculiar. No son pocos los que habitualmente mezclan la cerveza con el whisky barato, pues la conjunción de sabores es deliciosa. Esta es de color ámbar rojizo, muy brillante, y su espuma tarda un tiempo en disiparse. Lo que más llama la atención de esta birra es su dulzura y su color cristalino. La textura suave del whisky escocés la endulza además en el paladar: y es que da un toque de sofisticación y elegancia a esta cerveza de baja fermentación. La malta que se utiliza para su producción es ahumada y con turba. Es por eso que no es del todo claro su color. Algunos dirán que el whisky sabe a química, pues solamente se trata de un aroma.
Hay una cerveza emparentada con ella, la Adelscott Noir que es una versión más oscura, casi negra con una corona de color claro y cremoso y un sabor profundo que acaba en un amargor seco. Originariamente estaba elaborada por Adelshoffen en Schiltigheim (Alsacia) y luego paso a manos de Fischer que ya forma parte del grupo Heineken. Esta fábrica elabora también una más conocida como es la Desperados una lager de estilo mexicano con un poco de tequila. Y la Kriska, a la que se le añade vodka. Quizá estas cervezas fueron el origen de los posteriores Bacardí Breezer, pero esta es otra historia para otro día.
La popularidad de la Adelscott animó a otras marcas como la Pelforth, también francesa, a elaborar cerveza con malta y ahumada como la Pelforth Amberly.
La temperatura de consumo aconsejada es de 9º C y va bien con pescados grasos y ahumados como el salmón.
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